jueves, 7 de mayo de 2009

Estonia, ese país donde SÍ que usan ordenadores...

"...En el Consejo de Ministros tenemos ordenadores, pero en realidad no los usamos..."

Esta frase la pronunció el Ministro de Exteriores y Cooperación español, en una reciente visita a Estonia. Uno se preguntará, ¿por qué decir una frase así? muy acertada no parece. Esta desafortunada declaración viene tras la explicación del Primer Ministro estonio sobre cómo trabajan en las reuniones de su gobierno: abren un portatil y ahí tienen todo lo necesario para debatir, informar y tomar decisiones.

Estonia es, en muchas cosas, un ejemplo de país adaptado a las nuevas tecnologías:

  • El parlamento estonio consideró el acceso a Internet un derecho básico de su población.
  • La ley estonia obliga a la administración a desarrollar y usar sólo software libre.
  • 2/3 de sus habitantes tienen acceso a Internet.
  • Existen redes wifis gratuitas y abiertas en multitud de lugares públicos.
  • Los pagos de impuestos se hacen íntegramente por la red, así como casi todas las gestiones bancarias.
  • Crearon Skype y, de alguna manera, Hotmail.
  • En las elecciones legislativas se podrá votar desde el teléfono móvil.
  • Los Fondos Estructurales de la UE se usarán en la instalación de una inmensa red de fibra óptica de aquí a 2015 (500M € para una extensión poco mayor de Galicia, y 1.300.000 de habitantes)

Pues bien, en ese marco, que ha colocado a Estonia en unos de los países más prósperos, avanzados y con mejor nivel de vida del mundo, nuestro Ministro dice que aquí "no usamos ordenadores". Sin comentarios.

Y todo esto me lleva a una reflexión. ¿Por qué en Galicia no podemos ni siquiera imaginar una situación como la estonia? ¿no podríamos marcarnos esos mismo objetivos? ¿no podría la sociedad y gobierno gallego trabajar en esta dirección? hace poco leí una entrevista con el nuevo Conselleiro de Economía e Industria y habló mucho del sector textil, naval y la construcción, pero nada de nada de nuevas tecnologías. Empezamos bien.

A ver si dedico alguna entrada a reflexionar por qué aquí no hemos sido capaces de plantear una estrategia de país como en Estonia, y más importante aún: ¿aún estamos a tiempo de plantearla?

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